Recibir formación de calidad mejora el desempeño de una cuidadora al proporcionarle nuevas habilidades, oportunidades de crecimiento profesional, seguridad, reconocimiento y, en última instancia, contribuye a una mejor calidad de vida de los personas mayores que atienden.
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¿Por qué es tan relevante esta formación?
Gracias a las aportaciones de la ciencia, se ha avanzado en la comprensión del deterioro cognitivo en las personas mayores y se han desarrollado intervenciones, estrategias y tratamientos efectivos para retrasar su progreso. Esto ha permitido mejorar la calidad de vida de las personas mayores y brindarles mayores oportunidades para mantener una función cognitiva óptima durante más tiempo.
Cuando una familia ofrece formación a una cuidadora para mejorar su desempeño, le brinda una serie de beneficios significativos. Estos son algunos:
- Mejora de habilidades y conocimientos: al permitirle adquirir estas destrezas nuevas, pueden desempeñarse en su trabajo diario de manera más eficiente, proporcionando un cuidado superior a las personas mayores a las que atienden.
- Crecimiento profesional: las cuidadoras pueden expandir sus perspectivas y oportunidades laborales. Obtener nuevas habilidades y conocimientos las hace más atractivas para los empleadores y les brinda la posibilidad de acceder a roles y responsabilidades más desafiantes y gratificantes.
- Seguridad y confianza: Al contar con una formación respaldada por su empleador, las cuidadoras se sienten más seguras y confiadas en su capacidad para ofrecer un cuidado de calidad. Esto se traduce en un mayor sentido de profesionalismo.
- Reconocimiento y valoración: Cuando un empleador invierte en la formación de sus cuidadoras, les muestra un reconocimiento de su trabajo. Esto fortalece la relación laboral y genera un ambiente de trabajo más positivo y motivador.
- Mejor calidad de vida de los pacientes: reciben un cuidado más completo, personalizado y centrado en sus necesidades individuales.
¿Hay algún beneficio para la familia?
- La estimulación física y cognitiva adecuada puede retrasar el deterioro cognitivo, mejorar la movilidad y promover un envejecimiento saludable. Las cuidadoras capacitadas podrán implementar actividades y ejercicios específicos que ayudarán a mantener la mente y el cuerpo activos de sus padres.
- Tranquilidad y confianza: Las cuidadoras podrán responder de manera más efectiva ante situaciones de emergencia, conocerán técnicas de comunicación adecuadas y serán capaces de adaptarse a las necesidades cambiantes de sus padres. Podrán tener la tranquilidad de que sus seres queridos están recibiendo un cuidado de calidad.
- Cuidado personalizado. Al formar a las cuidadoras en diferentes competencias, se les brinda la oportunidad de comprender y atender las necesidades específicas de cada persona mayor a la que cuidan. Esto implica reconocer su historia, su personalidad, sus gustos y sus limitaciones, y adaptar los cuidados de acuerdo con ello.
- Mayor empatía. Al invertir en la formación de las cuidadoras, se está honrando la singularidad y dignidad de cada persona mayor. Las cuidadoras capacitadas podrán establecer una relación de empatía con sus seres queridos, comprendiendo sus necesidades emocionales, físicas y sociales.
Cada persona es única, y sus cuidados también deben serlo. Cada individuo tiene necesidades y preferencias distintas. La formación adicional permite a las cuidadoras proporcionar un cuidado más especializado y de alta calidad a las personas mayores. Esto tiene un impacto directo en la calidad de vida de los pacientes, ya que reciben un cuidado más completo, personalizado y centrado en sus necesidades individuales.
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